jueves, 19 de mayo de 2016

Indecopi en el ojo (o sobre derechos de autor)

Aclaración!

Cuando habemos músicos que no adherimos al discurso de los derechos de autor, no es por simple antojo. Tampoco es que no queramos vivir de lo que hacemos. El problema nunca ha sido la sostenibilidad económica.

El verdadero problema es que seres invisibles nos convencen de caminos a seguir con discursos que dicen que solo apropiándonos de algo por ley podremos proteger ese algo, esa capacidad de crear, o sea, "nuestra" música. Nos meten sin preguntarnos en un paradigma único y estandarizado sin salidas diciéndonos que si no inscribimos "nuestras" creaciones vendrá otro y lo hará primero, porque tenemos que vivir de esto. Como si vivir de esto fuera solo bajo esa lógica. Es como entrar obligados a jugar el juego que estos seres invisibles proponen. El juego del dueño y el ladrón, convenciéndonos sutilmente de que es antinatural crear influenciados por el entorno, el diálogo y el acervo cultural que arrastramos, porque eso es copia. Nosotros creamos en el vacío absoluto para ellos.


El problema entonces que hay detrás es sistémico, es el capitalismo y su lógica de operar y transformar todo en un bien transable, desde una maleza hasta una nota salida de la guitarra. El problema es cómo la ley creada por esos seres invisibles naturaliza conceptos como "propiedad" y "apropiación" de las cosas a su antojo, haciendo que conceptos como "ocupación" de algo o "autor colectivo" parezcan idioteces.

Es fácil a veces hablar de las salmoneras y del desastre natural que tienen en el sur de Chile, del negocio de las farmacias, de la colusión del papel higiénico, de Monsanto y las patentes indiscriminadas de semillas, de las AFP y su modelo de gestión del dinero de los "pobres", del proyecto Alto Maipo y del agua de la que es dueño Luksic, al ritmo de sorbos de cerveza hecha con el agua de la que es "dueño" el mismo Luksic. Sin embargo ¿alguien ha leído y estudiado la ley de propiedad intelectual chilena? Si su respuesta es no, es músico, y le molesta profundamente todo lo mencionado anteriormente, entonces ¿por qué piensa que la SCD tiene la razón? ¿no se da cuenta que el modelo de gestión que propaga dicha entidad no es más que una reproducción capitalista de ver la música? Es una manera de propagar un modelo que tanto nos molesta a algunos en otros aspectos del sistema, pero que en la música paradójicamente pareciera que no suena, pasa colado. No hay mucha diferencia entre las AFP y la SCD en este sentido. Ambas entidades son proyecciones del modelo de vida que no solo sobre explota recursos naturales, sino que también ideas y música...

La idea de "Derechos de autor" es un discurso hecho, reproducido y difundido como pan, como salchicha, como todo lo que nos venden que es natural hacer. El video adjunto es un claro ejemplo de "pico en el ojo", el mismo discurso que reproduce la SCD, el mismo de todas las sociedad de gestión de derechos que hay en el mundo que se "plagian" a sí mismas para seguir anestesiando al mundo musical.


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