Hoy fui a colaborar en un proyecto de la ONG Susténtate. Se trataba de un taller dirigido a un sexto básico de la Escuela República de El Líbano en el que tenía que trabajar conceptos ligados al cambio climático, pero canalizados a través de la música y la canción.
Los chicxs eran tan inquietos que tuve que adaptar la idea que tenía a las necesidades y características propias del grupo. Lejos de querer ordenarlos, los desordené más, porque eso eran y eso queríamos todxs.
Esto me confirma que aunque llevara todo preparado, no se puede pretender planificar sobre una masa de personas que aún no conocemos. Esto me confirma que una educación basada en el diálogo y el conocimiento mutuo es cada vez más necesaria, sin tanta estructura rígida, más flexible, sin tanta solemnidad en momentos que no lo ameritan. Jugando seriamente podemos aprender un montón.
Hicimos unas redondillas que se transformaron en una décima bien reflexiva. Varios se animaron a cantar y todos terminamos felices!
Bella mañana tuvimos!
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