El jueves y viernes fueron tan intensos que luego de tocar me quedé sin energías, sin palabras. Siempre que tengo estas jornadas me pasa. Es como si parte de mi ser se quedara en esos lugares y necesitara tiempo para reestructurarme. Más se perpetuó dicho silencio con la muerte de Juan Gabriel, músico que tanto mi padre como mi madre escuchaban haciendo aseo, tomando un vino, cocinando, etc. Músico tan ligado a mi cotidiano familiar, que miles de imágenes se me vinieron a la cabeza ayer!